Después del éxito obtenido en el Festival Internacional de
Teatro de Caracas 2012, llega nuevamente a la escena caraqueña la dramaturgia
del argentino Arístides Vargas (miembro fundador y actual director del grupo
Malayerba de Ecuador).
“Nuestra Señora de
las Nubes” ganadora de varios
premios internacionales y considerada una de las obras más importantes de
Latinoamérica, será representada por
un grupo venezolano. La cita es en la Sala Cabrujas de
Los Palos Grandes, desde
el viernes
13 y hasta el domingo 29 de
julio, con funciones los días viernes y sábados a las 8:00 p.m., y los
domingos a las 6:00 p.m.
Con una marcada
influencia autobiográfica la pieza “Nuestra
Señora de las Nubes” cuenta
la historia, en un tiempo y espacio indefinido, de Oscar y Bruna, quienes comparten la
añoranza de un país perdido que fue suyo. Estos
dos exiliados descubren el dolor y la soledad por el alejamiento de su propia
tierra, y comparten memorias de su patria. Un
lugar en los que han sido condenados a los estragos del tiempo y al claroscuro
que va creando el olvido.
Estos dos personajes
que poseen unas maletas como únicas pertenencias, se van convirtiendo en muchos otros
para contar la historia de su pueblo, y en los que constantemente van
alternando entre las memorias del pasado y el presente intercambiando anécdotas
de su experiencia como exiliados; sus sueños, necesidades, frustraciones,
deseos, amores, olvidos y remembranzas.
“Nuestra Señora de
las Nubes” es un sitio
que sólo existe en la memoria de los expatriados. En este caso, la memoria como
ejercicio colaborativo permite la construcción de un nuevo territorio al cual
pertenecer, una nueva patria de los afectos en la cual sobrevivir, anhelar y
recordar.
Según el
director Luis Bernal"el exilio
no es sólo el abandono forzado de un territorio, sino también el exilio de los
afectos, de nuestros amigos, de nuestra religión y hasta de nosotros
mismos. “Los exiliados de
nuestra implacable razón que hemos destinado insensatos, las exiliadas y
exiliados de pensamiento. De ese pensamiento totalizador que los induce muchas
veces al silencio. Sin duda alguna, una importante obra que mostrar en estos
tiempos, respondiendo a la necesidad de hacer un teatro donde
tengamos la capacidad de ser
oídos y más aun de
tener la osadía de romper con todos esos silencios.”
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